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El origen de las calculadoras se remonta a la antigua civilización. Desde tiempos muy antiguos, los humanos han utilizado dispositivos simples para realizar cálculos, como el Ábaco (2000 a.C.), que aunque no era una calculadora en el sentido moderno, permitía realizar cálculos básicos a través de cuentas y desplazamiento de cuentas en varillas o cuentas..
Sin embargo, la forma moderna de las calculadoras comenzó a desarrollarse en el siglo XVII con inventos como la regla de cálculo, un dispositivo mecánico que facilitaba operaciones matemáticas básicas como la multiplicación y la división.
A lo largo del tiempo, inventores y matemáticos han contribuido al avance de las calculadoras. Uno de los hitos importantes fue la creación de la máquina de calcular de Pascal por Blaise Pascal en 1642, una de las primeras máquinas mecánicas capaz de sumar y restar números.
En el siglo XIX, Charles Babbage diseñó la "Máquina Analítica", considerada como una de las primeras computadoras mecánicas programables, aunque no llegó a ser construida completamente durante su vida.
Sin embargo, fue a principios y mediados del siglo XX cuando se produjeron avances significativos en la creación de calculadoras electrónicas.
En la década de 1960, Texas Instruments (TI) fue pionera en el desarrollo de circuitos integrados y tecnología de semiconductores, lo que sentó las bases para la creación de las primeras calculadoras electrónicas.
Inventos como la calculadora de bolsillo, que se popularizó en la década de 1970 con la introducción de modelos más accesibles y compactos, llevaron las capacidades de cálculo a manos de más personas.
En las décadas de 1980 y 1990, las calculadoras científicas y gráficas se volvieron comunes en entornos educativos y profesionales. Estas calculadoras podían realizar una variedad de operaciones matemáticas y representar.
En el siglo XXI, con la llegada de la informática personal, las calculadoras se han vuelto aún más versátiles. Las calculadoras programables y las aplicaciones de software ofrecen una amplia gama de funciones matemáticas y científicas, y están disponibles en dispositivos electrónicos como ordenadores, tabletas y smartphones.
Hoy en día, las calculadoras ofrecen una amplia gama de funciones matemáticas y científicas, y se han convertido en herramientas esenciales en el mundo académico y técnico.
